Querida Comunidad Loyola:
La Navidad nos encuentra en un ida y vuelta de pedidos y deseos, en un sinfón de cosas por hacer y por comprar. También llenos de agradecimientos por todo lo que hemos vivido en este año tan intenso en el que regresamos al cien por ciento de la presencialidad y, que, exitosamente finalizamos.
Es muy posible que la certeza de un Dios que se hace bebé puede pasar desapercibida a nuestra sensibilidad agitada por los estímulos del consumo y del estrés, o cansada del sufrimiento y el dolor propio y ajeno. A lo mejor, también cansada, de la difícil situación social y de la rudeza de nuestro complejo contexto que, como país, estamos viviendo.
También puede pasarnos que estamos distraídos, en otra sintonía distinta a la del espíritu de JESÚS.
Sí, son muchas cosas las que podrían estar haciendo dejar de percibir lo importante de un DIOS QUE SE APROXIMA.
Es como si siempre esperáramos que nos mande lo que necesitamos y lo que Dios nos dice con la venida de JESÚS, es que ÉL VIENE A SALVARNOS.
El regalo de toda Navidad es DIOS MISMO, corramos a su encuentro y convirtámonos en NAVIDAD para los otros, para el prójimo.
“Navidad eres tú, cuando decides nacer de nuevo cada día y dejar entrar a Dios en tu alma.
El pino de Navidad eres tú, cuando resistes vigoroso a los vientos y dificultades de la vida.
Los adornos de Navidad eres tú, cuando tus virtudes son colores que adornan la vida.
La campana de Navidad eres tú, cuando llamas, congregas y buscas unir.
Eres también luz de Navidad, cuando iluminas con tu vida el camino de los demás con la bondad, la paciencia, la alegría y la generosidad…
Tu eres, sí, la noche de Navidad, cuando humilde y consciente, recibes en el silencio de la noche al SALVADOR DEL MUNDO…”
-Papa Francisco
¡FELIZ NAVIDAD Y VENTUROSO 2024!
DIRECTOR Y CONSEJO DE DIRECCIÓN
COLEGIO LOYOLA